ADA cristiano está en guerra continua en la tierra, Jesucristo siendo el Capitán de su salvación. Él ha dicho: «He aquí Yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» ¡Escucha los gritos de guerra! Que el pueblo de Dios permanezca firme y cierre filas, y que a nadie le falte coraje. Vivimos en una época donde parece que la batalla se ha tornado contra nosotros: a menos que el Señor Jesús levante Su espada, no sabemos lo que le sucederá a la Iglesia de Dios en esta tierra. Pero tengamos coraje y seamos valientes. Nunca hubo un tiempo cuando el cristianismo bíblico pareció temblar y estar al borde de la capitulación ante el pluralismo y la multitud de religiones vacías. Necesitamos mucho una voz valiente y una mano fuerte para predicar y propagar al Evangelio por el cual sangraron los mártires y murieron los confesores. El Salvador está, por Su Espíritu, aún en la tierra: que esto nos conforte. Él está siempre en medio de la batalla, cuyo resultado, por lo tanto, no es dudoso. Y mientras arrecia la lucha, ¡es un dulce consuelo saber que el Señor Jesús, en Su oficio de gran Intercesor, está rogando por Su pueblo! Querido amigo, no mires con ansiedad a la batalla aquí abajo, donde los fieles, envueltos en humo, luchan con sus ropas teñidas de sangre. Más bien, levanta tus ojos allí a donde habita y ruega el Salvador, pues mientras Él interceda por ti, la causa de Dios estará segura. Luchemos como si todo dependiese de nosotros, pero miremos hacia arriba y reconozcamos que todo depende de Él. Ahora, sobre la base del sacrificio expiatorio de nuestro Salvador y por el poder del Espíritu Santo, os exhortamos, a vosotros que amáis a Jesús, que peleen valientemente en esa Guerra Santa, por la verdad y la justicia, por el reino y la corona. ¡Adelante! «Porque no es vuestra la guerra, sino de Dios.» Y muy pronto, el Señor dirá: «Bien, buen siervo y fiel.» |
La maldad y la injusticia del mundo y su gente son una carga muy pesada para nosotros los hijos de Dios, hacen casi imposible nuestra estadia aqui,( aunque estemos solo temporalmente). Para poder sobrevivir tenemos que enfocar nuestros ojos, pensamientos y acciones en Jesucristo, quien es nuestra ALEGRIA, y nuestra razon de vivir. Permanezca el AMOR de Jesucristo en nosotros.
«Pelees las batallas de Jehová.» (1 Samuel 18:17)
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