18 de octubre de 2024

Estad siempre gozosos 😊


Título del devocional: Estad siempre gozosos 

Pasaje bíblico clave: Filipenses 4:4

¿Podemos sentir realmente gozo en nuestro corazón cuando nos afligen los pecados del pasado? ¿Podemos regocijarnos cuando nosotros o aquellos a quienes amamos enfrentamos las duras circunstancias de la vida: desempleo, problemas financieros, enfermedad, incertidumbre, dolor y muerte? ¿Cómo podemos regocijarnos en algunas de las duras circunstancias que enfrentamos en la vida?


La Biblia responde: “Regocijaos en el Señor”. Nuestro gozo como cristianos es inmutable porque se basa en Aquel que nunca cambia. A diferencia de las personas, las posesiones y las posiciones de poder, Dios nunca cambia. Él nos ama tanto hoy como el día en que fue clavado en la cruz por nosotros. Él es tan poderoso hoy como el día en que derrotó a la muerte por nosotros.

Tu trabajo puede haber cambiado. Las relaciones que tienes con los demás pueden haber cambiado. La sensación de seguridad y satisfacción que alguna vez tuviste puede haber cambiado. Pero tu Dios no ha cambiado. Y tampoco lo ha hecho tu razón para regocijarte.

 En el Señor, las circunstancias externas no determinan ni deben determinar la condición de nuestro corazón. Incluso cuando todo a nuestro alrededor es oscuro y sombrío, el amor inmutable de Dios llena nuestros corazones de alegría. Esa alegría interior fluye de las promesas seguras del evangelio: la alegría del perdón diario, la alegría de que Dios está con nosotros, la alegría de que Dios hace que todas las cosas obre para nuestro bien, la alegría de que Jesús regresará nuevamente para llevarnos a estar con él en el cielo. 

Reflexiona sobre esa alegría hoy mientras piensas en cuánto te ama Dios a través de Jesús. ¡Y luego regocíjate! ¡Siempre!

2 de octubre de 2024

La esperanza: el ancla del alma

 Buenos días :)


Título del devocional: La esperanza: el ancla del alma


Si te sientes azotado por una tormenta en tu vida, recuerda que las promesas de Dios no pueden fallar.


Pasaje bíblico clave: Hebreos 6:9-20


Los propósitos y las promesas de Dios son inmutables. Es difícil imaginarlo, ya que vivimos en un mundo que cambia constantemente. No parece haber mucho con lo que podamos contar para estabilizar nuestras vidas. Podemos perder empleos, seres queridos pueden morir, a veces hay que modificar los planes y, a menudo, los sueños se ven frustrados. Sin embargo, nuestras almas tienen un ancla que se mantiene firme sin importar cuántas tormentas experimentemos. 


Un ancla náutica cumple su función de estabilizar un barco en las profundidades ocultas de las aguas. Y así es como a veces nos parecen las promesas de Dios: bloqueadas de nuestra vista y lejanas. Pero, mientras las olas de las circunstancias rugen a nuestro alrededor, nuestro ancla de esperanza se mantiene firme. No se nos ha prometido una vida terrenal fácil, libre de problemas y sufrimientos, pero la esperanza eterna para nuestras almas es firme y segura. 


La razón por la que nos resulta tan difícil recordar nuestra ancla de esperanza es porque nuestras vidas están sobre la cubierta, donde las tormentas azotan. Para recuperar nuestra esperanza, debemos escudriñar periódicamente las profundidades de la Palabra de Dios para recordar las promesas eternas que no pueden fallar.