«Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre.» (Salmo 118:8)

UERIDO lector, sin dudas has sido probado con la tentación de confiar en las cosas que se ven, en lugar de descansar únicamente en el Dios invisible. Los cristianos a menudo buscan de los hombres ayuda y consejo, y así echan a perder la noble sencillez de la confianza en su Dios. ¿Podrá el texto de esta noche encontrarse con los ojos de un hijo de Dios lleno de ansiedad? Entonces razonemos con él un rato. Tú confías en Jesús y sólo en Jesús para tu salvación, entonces ¿por qué te preocupas? «Debido a mis cuidados.» ¿No está escrito: «Echa sobre Jehová tu carga»? «Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.» ¿No puedes confiar en Dios para las cosas temporales? «¡Ah, me gustaría poder hacerlo!» Si no puedes confiar en Dios para lo temporal, ¿cómo te atreverás a confiar en Él para los asuntos espirituales? ¿Puedes confiar en Él para la redención de tu alma, y no puedes hacer lo mismo para las bendiciones menores? ¿No es Dios suficiente para tus necesidades? ¿O es Su omni-suficiencia demasiado estrecha para cubrir tus anhelos? ¿Necesitas otro ojo aparte del Suyo, que ve todo lo secreto? ¿Es Su corazón débil? ¿Se cansa Su brazo? Si es así, entonces búscate otro Dios. Pero si Él es infinito, omnipotente, fiel, verdadero, y lleno de sabiduría, ¿por qué vagas tanto en busca de otra confianza? ¿Por qué rastreas la tierra para encontrar otro fundamento, cuando este es suficientemente fuerte para soportar todo el peso que puedas alguna vez edificar sobre Él? Cristiano, no mezcles tu vino con agua; no manches el oro de tu fe con la escoria de la confianza humana. Espera sólo en Dios y depende sólo de Él. No codicies la calabaza de Jonás, mas descansa en el Dios de Jonás. Deja que los necios elijan los arenosos fundamentos de la confianza terrenal; pero tú, como el que prevé la tormenta, construye para ti un lugar permanente en la Roca de los Siglos.